"As early as the Apostle [Paul], the scaling down process begins, and the natural man gets off a little easier in becoming a Christian." (Kierkegaard Journals 1855)

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LA PERSECUCIÓN TE PUEDE HACER RICO

por Hermano Jose

 

El tesoro en los cielos no solo puede ser ‘ahorrado’ al poner nuestros bienes al servicio de Dios y sus propósitos, sino que también puede producir intereses y ser ‘aumentado’, ¿cómo?, mediante el padecimiento injustificado de persecución. Si, oíste bien.

 

Jesús enseñó que cuando eres perseguido y calumniado injustamente, eso mismo te acredita para recibir una bendición aun más abundante por parte de Dios: “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mateo 5: 11-12).

 

Ahora, fíjate en la palabra “cuando”. ¿Qué estoy tratando de decir?, que si somos bienaventurados o bendecidos “cuando” somos vituperados, calumniados y perseguidos porque como resultado de ese padecimiento injustificado nuestro tesoro y recompensa en el cielo se vuelve ‘grande’, eso significa queANTES de que fuéramos maltratados NO ÉRAMOS TAN BIENAVENTURADOS NI BENDECIDOS, y que nuestro galardón o recompensa en los cielos no era TAN GRANDE como después de que fuimos perseguidos. Esto demuestra queDESPUÉS de ser perseguidos la cuota de bendición en el cielo a la cual podemos acceder es aumentada, ¿por qué causa? ¡Gracias a la misma persecución! La persecución injustificada aumenta la cuota de bendición que Dios ha de derramar sobre ti desde el cielo. Así que GÓZATE Y ALÉGRATE, ¡porque LA PERSECUCIÓN INJUSTA TE PUEDE HACER RICO!, y tengo varios ejemplos bíblicos para demostrarte que lo que estoy diciendo no es una locura.

 

¿Por qué crees que Moisés tuvo “por MAYORES RIQUEZAS ELVITUPERIO de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en EL GALARDÓN” (Hebreos 11:26)? Jesús dijo “vuestro galardón es grande en los cielos”, y Moisés tenía puesta la mirada en ese grande galardón, el cual, entre otras cosas le habría de proporcionar “mayores riquezas… que los tesoros de los egipcios”; ¿y qué sería lo que los traería?: “el vituperio”. Amen. Queda claro entonces qué fue lo que aumentó la cuota de bendición de aquel pueblo injustamente esclavizado, lo cual determinó que el Espíritu Santo les revelara un plan para no salir de aquella situación injusta con las manos vacías, sino despojando a Egipto y salir con grandes riquezas. ¿Ves la relación entre el ‘galardón’ de Moisés y las ‘grandes riquezas’ con las que salieron de aquella situación? Pero al igual que en la enseñanza de Jesús, en vez de poner los ojos en la persecución,  nuestra mirada debe estar puesta EN EL GALARDÓN QUE ES AUMENTADO'CUANDO' somos injustamente maltratados.

 

Queda claro qué fue lo que acreditó también a José para no solo ser librado de una esclavitud y la cárcel injustificadas y tampoco salir con las manos vacías, sino que fue colocado sobre todos los tesoros de Faraón: “Envió el rey, y le soltó; el señor de los pueblos, y le dejó ir libre. Lo puso por señor de su casa, y por gobernador de todas sus posesiones” (Salmo 105:20-21), los cuales gracias a la bendición ‘aumentada’ que estaba sobre él también fueron incrementados; o qué fue lo que acreditó a Daniel a no solo ser librado de la injusta condena a muerte en la fosa de los leones sino también a ser prosperado: “él ha librado a Daniel del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa” (Daniel 6:27-28); o qué acreditó a los tres hebreos a no solo ser librados del horno de fuego sino también a ser nombrados gobernadores del imperio: “Bendito sea el Dios de… Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su ángel y libró a sus siervos que confiaron en él… Entonces el rey engrandeció a Sadrac, Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia” (Daniel 3:28-30); o qué acreditó a Jesús para no solo ser levantado de aquella tumba injusta sino a convertirse en el legítimo heredero del mundo.

 

Así que gracias a esta enseñanza de Jesús, podemosempezar a ver la persecución injustificada como una nueva fuente de bendición y prosperidad mayor a la que el mundo puede ofrecer por medios convencionales. La persecución injustificada es un mecanismo creado por Dios para beneficiar y prosperar a Su pueblo y llevarlo siempre en victoria, y también para terminar derrotando y avergonzando al adversario.

 

Ahora, sé que hay gente que piensa que el tesoro ‘en el cielo’ es solo 'espiritual', pero les pediría que consideren lo que dice la Palabra al respecto: "¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan?" (Mateo 16:8) ¿Por qué Jesús les dio a entender a los discípulos que estaban equivocados al pensar que NO TENÍAN pan, cuando dice la escritura que los discípulos "se habían olvidado de traer pan", y que aun ellos mismos dijeron "esto dice porque NO TRAJIMOS pan"? (Mateo 16:5-7). Bueno, si Jesús dijo que lo tenían, aunque no lo tenían ahí mismo con ellos, es porque sí lo tenían en algún OTRO sitio; el pan ESTABA, pero en otro lugar. Bueno, ese es el tesoro en los cielos. Es todo aquello que si bien no lo tienes aquí abajo, LO TIENES A TU DISPOSICIÓN ALLÁ ARRIBA para cuando lo necesites aquí abajo. Pero que LO TIENES, ¡LO TIENES!, si es que lo has sabido acumular. El tesoro en los cielos no es una renta vitalicia de la que nos beneficiaremos recién cuando muramos, sino una cuenta corriente de la que podemos girar lo que necesitemos en el momento que nos haga falta si sabemos hacer los trámites correspondientes. La Biblia nos explica que “Hay bendiciones sobre la cabeza del justo” (Proverbios 10:6).

 

Claro, más de uno dirá que las bendiciones son solo ‘espirituales’, pero el que sean ‘espirituales’ no significa que no se puedan convertir en ningún bien material o terreno aquí y ahora en esta vida. Observa lo que dice la Biblia al respecto: "Te abrirá Jehová su buen TESORO, EL CIELO, para enviar la lluvia A TU TIERRA" (Deuteronomio 28:12). "Os abriré las ventanas de LOS CIELOS, y derramaré SOBRE VOSOTROS bendición hasta que sobreabunde" (Malaquías 3:10). El buen tesoro de Dios ESTÁ EN EL CIELO, pero Él prometió enviarlo precisamente acá a donde nosotros estamos, ‘la tierra’. Y las ventanas están en LOS CIELOS, pero Dios prometió enviar su lluvia para derramar esas bendiciones justo sobre ‘nosotros’. Y si todas esas bendiciones fuesen solo ‘espirituales’, ¿por qué dijo Jesús que si buscábamos ‘primeramente’ (y no ‘únicamente’) el reino de Dios, “todas estas COSAS” nos serían añadidas? “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

 

Así que bendiciones ‘espirituales’ o tesoro ‘en los cielos’ significa que esas bendiciones ya nos han sido concedidas por decreto divino en el cielo por causa de nuestra obediencia y/o padecimientos injustificados, pero que estarán disponibles para nosotros recién cuando nos volvamos acreditables para recibirlas al guardar los principios espirituales que enseñó Jesús.

 

Y aquí viene lo más importante. Si alguien te deposita en tu cuenta bancaria cierta suma de dinero, no podrás aprovecharla a menos que la retires de tu cuenta, ¿verdad? Bueno, Jesús dijo que ‘cuando’ alguien te maltrata injustamente eso ‘AUMENTA’ tu cuenta de bendición en los cielos (eso equivale a que la persona que te persigue te hace un depósito), pero a continuación Jesús te enseña ‘la clave’ del cajero automático PARA RETIRAR ese dinero depositado: “Gozaos y alegraos”. En otras palabras, si nos lamentamos por el maltrato recibido o si nos cobramos venganza por nosotros mismos, esas bendiciones adicionales no podrán traducirse en bendiciones y llegar hasta nosotros, pero si hacemos lo que Jesús dijo que hay que hacer en esas circunstancias, ‘gozarnos y alegrarnos’ y empezar a alabar y dar gracias  a Dios por los ‘correos odiosos’ porque estos aumentan nuestro galardón o nuestra cuenta de bendición en los cielos, entonces estaremos haciendo el ‘retiro’ y veremos como esas nuevas bendiciones no tardarán en llegar a nuestras manos.

 

Otro punto importante es que Dios dijo: “Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor” (Hebreos 10:30). Ahora, como primero Dios habla de ejecutar una venganza, obviamente que al decir: “Yo daré el pago…”, es lógico pensar que se refiere únicamente a que Él pagará con la misma retribución a aquel que nos hizo mal, y eso no deja de ser cierto, porque es parte de la promesa a Abraham y a su descendencia:“Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré” (Génesis 12:3). Pero otras escrituras indican que Él también TE PAGARÁ A TI con bendición abundante si en vez de tratar de defenderte o de vengarte personalmente, le obedeces y te regocijas cuando eres perseguido injustamente. Así que “Mía es la venganza, YO DARÉ EL PAGO, dice el Señor” puede ser perfectamente también un ‘¡Yo TE pagaré A TI!’ Aleluya.

 

Este es un sistema ideado POR DIOS para que resultemos bendecidos por Él cada vez que el diablo intente algo en nuestra contra. Ese es el modo en que uno puede beneficiarse de ese cúmulo de bendición en los cielos que se aumenta cada vez que recibimos persecución injustificada. Con razón los antiguos cristianos tenían una visión tan diferente a la nuestra acerca de la persecución: “eldespojo de vuestros bienes SUFRISTEIS CON GOZO, sabiendo que tenéis en vosotros UNA MEJOR y perdurable HERENCIA EN LOS CIELOS” (Hebreos 10:34). ¿Ves? Ellos se regocijaban ‘cuando’ eran saqueados, pues sabían que a partir de entonces y a causa de esa misma persecución tenían en sí mismos UNA MEJOR HERENCIA, un ‘tesoro en los cielos’ aumentado, y que en cualquier momento Dios abriría las ventanas de los cielos y lo derramaría encima de ellos.

 

El secreto está en que las maldiciones de aquellos que nos injurian, DIOS LAS VUELVE EN BENDICIONES para nosotros. Por eso Jesús nos ordenó que en vez de defendernos e intentar justificarnos, debemos regocijarnos y dejar que nos maldigan, tal como hizo el rey David, quien llegó a decir: “Dejadle que maldiga, pues Jehová se lo ha dicho. Quizá mirará Jehová mi aflicción, y me dará Jehová bien por sus maldiciones de hoy” (2Samuel 16:11-12). ¿Y sabes cual fue el resultado de esas palabras y de esa actitud del rey David? Como consecuencia estuvo en el exilio tan solo unos pocos días y luego recuperó el trono; Dios le devolvió el reino casi inmediatamente.

 

¿Y qué de las palabras de José quien dijo “Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Génesis 50:20)?También está el caso de los cobradores de impuestos que vinieron a la casa de Pedro en Capernaum. El pretender cobrarle impuestos a Jesús era un cobro injusto. ¿Pero qué resultó siendo? Una bendición, pues ese cobro injusto por parte del sistema babilónico hizo a Jesús y a Pedro acreditables para una provisión sobrenatural mediante una pesca abundante y fuera de lo común, ya que el dinero para los impuestos saldría del PRIMER pez, del PRIMERO, no del ÚNICO, porque de todos los demás que venían después de ese primer pez vendría una abundante recompensa adicional.

 

Ahora, si bien la persecución injustificada es lo que ‘incrementa’ nuestra cuota de bendición en el cielo, no nos hace poseer dicha bendición. PARA ESO HACE FALTA SABER ALGO MÁS, y es que “cuando (el Espíritu) venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y DE JUICIO… de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya JUZGADO” (Juan 16). Ya sabemos quién está detrás de la persecución de los santos: “el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17). Y él es “El ladrón (quien) viene… para hurtar y matar y destruir” (Juan 10:10), quien por medio de la persecución intenta ROBARNOS lo que Dios nos ha dado.

 

¿Y por qué mencioné lo de que el Espíritu nos convencería de ‘juicio’ y que el diablo ya ha sido juzgado? Porque los hijos de Dios CONTAMOS CON UN RECURSO LEGAL, que por desconocerlo no ha sido aprovechado aun debidamente por muchos creyentes. 

 

En la parábola de la viuda y el juez injusto Jesús JAMÁS dijo que Dios ‘RESPONDERÍA LAS ORACIONES’ de aquellos que claman a Él día y noche, sino que lo que garantizó fue que Dios ‘LES HARÍA JUSTICIA’, lo cual es muy diferente. ¿A qué me refiero? A que “Dios es juez justo” (Salmo 71:11), pero para que nos pueda hacer justicia, tenemos que presentar nuestra causa delante de Él tal como lo hacía Jesús: “Cristo PADECIÓ por nosotros, DEJÁNDONOS EJEMPLO, PARA QUE SIGÁIS SUS PISADAS… el cual… cuando le maldecían, no respondía con maldición… sino ENCOMENDABA LA CAUSA AL QUE JUZGA JUSTAMENTE” (1Pedro 2:23). A lo que voy es que un juez NO ESTÁ CAPACITADO PARA INTERVENIR Y HACER JUSTICIA a menos que haya una demanda de por medio, y en el caso de Dios SUCEDE LO MISMO.

 

Un juez puede estar viendo por la ventana de su oficina cómo tres maleantes asaltan a una anciana, y no puede hacer absolutamente nada en contra de esos malvivientes a menos que alguien presente una denuncia formal ante él. ¿A dónde quiero llegar? A que si demandáramos al diablo en las cortes celestiales ante cada aflicción injusta que nos hace pasar, ¡NOS TENDRÍA QUE INDEMNIZAR! Pero no puede haber una indemnización sin una sentencia, y no puede haber una sentencia sin un juicio, y no puede haber un juicio sin una demanda: “este es pueblo saqueado y pisoteado, todos ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos para despojo, y NO HAY QUIEN LIBRE; despojados, y NO HAY QUIEN DIGA: RESTITUID” (Isaías 42:22). “¿… acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche?” Esta promesa no es para todos, sino solamente para LOS QUE CLAMAN. Dios solo puede hacer justicia A LOS QUE CLAMAN, no a los que no claman.

 

Si bien Jesús relató esta parábola en respuesta a unapregunta relacionada a la oración, no estaba hablando precisamente del tipo de oración que todos conocemos, la de ir ante Dios como nuestro PADRE a pedirle que ‘nos haga un favor’, sino la de ir ante Dios como un JUEZ a presentar nuestra causa para que ‘nos haga justicia’. En esta parábola Jesús nunca mencionó a un ‘Padre’, pero sí a un ‘Juez’, por eso digo que no estaba hablando de conceder favores, él estaba enseñándonos a presentar nuestra causa delante del Juez justo para demandar a nuestro ‘adversario’: “hazme justicia de mi adversario”. 

 

Pero Jesús dijo que el diablo ya ha sido juzgado’, puede que pienses, y es cierto, el diablo ya ha sido juzgado, pero por el Estado, lo cual si bien lo condena por sus delitos, no lo obliga a indemnizar A CADA UNO DE LOS AFECTADOS. No obstante, si el enemigo te ha intentado perjudicar, o incluso si lo ha conseguido, ¡MERECES SER INDEMNIZADO POR ÉL! Así que si quieres recibir una indemnización vas a tener que ser tú quien demande al ladrón por aquello que te robó o te intenta robar a ti personalmente, y abrir una nueva causa, un nuevo juicio, y SI LO HACES, Jesús garantizó que el Juez justo TE HARÍA JUSTICIA y obligaría al adversario A PAGARTE LA DEBIDA INDEMNIZACIÓN. Tienes la ventaja que el ladrón ya ha sido juzgado, hallado culpable y condenado por sus delitos por el Estado.

Ahora entiendes por qué Jesús enseñó esa parábola y nunca dijo que nos presentáramos ante un ‘Padre’ para pedirle un favor, sino ante un ‘Juez’ para presentar una demanda en contra de nuestro adversario, y por qué dijo que te regocijes ante la persecución injustificada, porque cada vez que eres objeto de ella tu cuota de bendición es aumentada, ya que te haces acreditable A UNA NUEVA INDEMNIZACIÓN POR PARTE DEL ADVERSARIO. Sin embargo, como eso no está completo sin la enseñanza de la parábola de la viuda y el juez injusto, para eso vino la Madre Sabiduría como ‘Consoladora’ o abogada, para aconsejarte en estos asuntos legales y guiarte en la obtención de estos beneficios legales mediante un sistema de justicia divino: “Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan. Las riquezas y la honra están conmigo; riquezas duraderas, y justicia. Mejor es mi fruto que el oro, y que el oro refinado; y mi rédito mejor que la plata escogida. Por vereda de JUSTICIA GUIARÉ, por en medio de SENDAS DE JUICIO, para hacer que los que me aman tengan su heredad, y que yo llene sus tesoros” (Proverbio 8:17-21).

También ahora puedes entender por qué no hay más cristianos bendecidos, porque como no saben que pueden presentar su causa delante del Juez, no han demandado al diablo en las cortes celestiales para que se haga de acuerdo a la ley y los indemnice: “No tienen en poco al ladrón si hurta para saciar su apetito cuando tiene hambre; Pero SI ES SORPRENDIDO, PAGARÁ siete veces; ENTREGARÁ TODO EL HABER DE SU CASA” (Proverbios 6:30-31). Pero como el ladrón anda suelto y no quiere pagar, para hacer que te pague primero tienes que ‘atarlo’ o amarrarlo legalmente: “¿cómo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y saquear sus bienes, si primero no le ata? Y entonces podrá saquear su casa” (Mateo 12:29), y eso solo le corresponde a las fuerzas del Estado, una vez que el Juez haya dado la orden, la cual solo viene como resultado de que se haya presentado la debida demanda y dictado la sentencia correspondiente. Por desconocer esto, muchos creyentes se contentan únicamente CON SER LIBRADOS de la tribulación, cuando si demandaran al adversario por los perjuicios causados, Dios les haría justicia y recibirían la indemnización debida (las bendiciones que conlleva el ser vituperado y perseguido). (El haber aprendido esto ha hecho que el enemigo ya no quiera meterse conmigo tanto como lo solía hacer, pues si lo hace, sabe que lo voy a demandar y que voy a terminar más bendecido que antes...)

Así que aquí lo tienes: ¡La persecución TE PUEDE HACER RICO ¡Agradécela! ¡Aprovéchala! Solo que no te olvides de presentar tu demanda en contra del adversario en las cortes celestiales para que el Juez justo lo juzgue, lo condene y lo obligue a PAGARTE LA DEBIDA INDEMNIZACIÓN. Dios te bendiga.

 1/20/2013